Va a llegar el otoño. Te piensas que tienes los pies en el suelo y de repente te sientes en otra dimensión, como paralela. Vives para atravesar aquel espejo que te muestra una realidad distinta, pero no te das cuenta de que es el mismo mundo que te rodea. La luz se proyecta sobre ti y sientes como una serie de artefactos giran entorno a ti. Son tus amigos, tus padres, los desconocidos, todos se agolpan en tu cabeza dejando espacios, espacios en los que descansas. Pero cuando descansas y te vacías te encuentras contigo mismo y te sientes acompañado, cuando lo único que quieres es lograr estar ausente, vacío de pensamientos. Es entonces cuando yo cojo la tabla y siento únicamente el frío del viento en la cara. Mi pie se funde con la tabla y en un viaje intergaláctico y siento que por fin he encontrado el sitio, aquel que sin buscarlo ha aparecido delante de mí.
Una foto muy bonita, Eva, me gusta, pero cuida el ruido, utiliza una ISO más baja y un mayor tiempo de exposición en estas condiciones de luz. Si no tienes trípode en ese momento, apriétate fuerte la cámara contra la cara enrollándote la cinta de colgar en la mano y pasándola por detrás de la cabeza, para que así la cámara no se mueva y no salga trepidada la imagen obtenida.
ResponderEliminarMe alegro de que hayas retomado el blog ;0D
Besos